Llega el buen tiempo y la calefacción da paso al aire acondicionado. Parece que con el buen tiempo y el aumento de horas de sol, encenderás menos las luces y ahorrarás en la factura. Una falsa creencia que puede resultar contraproducente si el aire acondicionado no se usa de manera eficiente y responsable en verano
Según los últimos resultados de los estudios, el español medio gasta 101,7 euros al mes en suministros domésticos como agua, gas o electricidad según la región. Un gasto que puede dispararse en verano con el consumo de aire acondicionado. Especialmente cuando la temperatura exterior es más alta, lo que puede aumentar seriamente la factura de electricidad. Por otro lado, el consumo medio en julio es de 7 kWh diarios, lo que supondría un incremento adicional de 30 euros en la factura. Finalmente, la factura mensual no puede superar los 90 euros hasta julio por el uso excesivo de aire acondicionado.
Reducir el consumo en climatización no sólo reducirá tu factura, lo que supone un ahorro económico, sino que también reduce la huella de carbono.
¿Cuánto consumes?
Para establecer un consumo medio y estar al tanto de los gastos incurridos, necesita saber cuánto está consumiendo realmente el dispositivo. Por ejemplo, si su aire acondicionado tiene una potencia eléctrica de 2000 W cada hora (2 kW por hora), esto significa que cada hora que el dispositivo se enfríe a máxima potencia, consumirá 2000 W. Al poner un precio medio de la electricidad de 0,15 por cada kW (precio tomado del verano de 2015), hay que multiplicarlo por las horas que tienes para poder estimar el coste medio. Si, por ejemplo, lo dejas correr durante la noche, te costará alrededor de 2,5 euros. Puedes ver más estimaciones aquí, dependiendo de cada dispositivo.
Por lo tanto, se debe hacer un uso consciente del aire acondicionado. Puede hacerlo comprobando su gasto de electricidad en los últimos meses para poder mantenerlo bajo control y no exagerar este verano.
¿Cómo ahorrar?
El aire acondicionado es una herramienta perfecta para estar cómodo en casa, no sufrir un golpe de calor y beneficiarse de la tecnología actual. Sin embargo, no usarlo de manera eficiente y responsable puede ser perjudicial para nuestra salud, ya que los peores resfriados los atrapa el aire acondicionado excesivo y en nuestro bolsillo. ¿Qué puedes hacer al respecto?
En primer lugar, elija un dispositivo eficiente. Todos los aparatos eléctricos tienen una etiqueta de identificación que indica su grado de eficiencia. La letra A, acompañada de “+” y el color verde, indica un electrodoméstico de bajo consumo. La adquisición de un dispositivo de alto rendimiento, con indicador A +++, supone un ahorro del 40% en el consumo energético.
Instale los dispositivos lo más lejos posible de la luz solar directa. Si el sol brilla constantemente sobre él, no solo puede dañar el sistema, sino que también costará más operar y, por lo tanto, consumirá más.
Ponga el aparato a temperatura media. Para que os hagáis una idea, el Ministerio de Industria aconseja que el termostato se ponga a 24 grados, pero el Instituto de Diversificación y Ahorro Energético (IDEA) sin embargo considera que el cuerpo debe adaptarse a la temperatura. Verano, y hay que llevarlo puesto. ropa más ligera y ajuste el termostato a 26 grados. En casa, seguramente lo configuras más bajo, ya que el 85% de las personas lo configuran entre 20 y 21 grados, así que toma nota de cómo configurarlo de la manera más eficiente. Para ello, sepa que la diferencia máxima entre la temperatura exterior e interior debe ser de 12 grados. Por cada grado de diferencia que pongas, consumirás un 8% más de energía.
Si lo tienes, instala el modo Eco, ya que te permite reducir el consumo en un 30%.
Evite ponérselo por la noche. Aunque tiene un modo especial de bajo consumo, es mejor irse a la cama cuando haga frío y apagarlo. Abre las ventanas para sacar energía y reducirás muchas horas de consumo. Además, es muy perjudicial dormir con el aire acondicionado encendido. Seca las mucosas (ojos, garganta, nariz), adormece las articulaciones, etc.
Aísle su hogar. Un buen aislamiento mantiene la temperatura interior. Por la noche, abra las ventanas y las cortinas para que entre el aire, y por la mañana, cuando el sol brilla, baje las cortinas para mantener la temperatura interior y evitar que se caliente. Cuando encienda el aire acondicionado, por otro lado, cierre todas las puertas y ventanas para no desperdiciar energía.
Limpia el dispositivo con regularidad. Los filtros de aire, cuando están sucios, hacen que la unidad utilice más energía de la habitual para enfriarse.
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